Principios básicos y tecnicismos
3. JPEG vs RAW
Si preguntamos a profesionales del sector, sin ninguna duda nos contestarán que la fotografía de verdad se hace en RAW, ya que “todo lo demás es dejar a la cámara que haga lo que le dé la gana”.
Este archivo no se puede usar para subirlo a nuestras redes sociales o a cualquier otro sitio web que queramos, ya que necesita ser revelado. El revelado implica una edición fina y minuciosa de la fotografía que hemos sacado, para obtener así el máximo potencial de la escena que ha captado el sensor. Con el formato RAW, no hay pérdida de calidad, obtenemos imágenes más reales si logramos editar bien, y los resultados son increíbles.
Por el contrario, el JPEG es un formato que implica compresión y procesado, por lo que perderemos algo de calidad.
El principal problema de nuestros teléfonos es que evitan a toda costa el ruido e intentan sacar la máxima luz posible. El ruido no deja de ser información que hay en la fotografía y acabar con él no es siempre una buena idea.
Otro ejemplo: de noche suelen forzar el ISO para obtener la imagen más brillante, pero esto acaba traduciéndose en ruido que, en exceso, sí que es molesto. Por este motivo, de noche siempre es mejor disparar en modo manual, ya que acabaremos con ese ruido molesto, utilizando los parámetros adecuados.